

El 19 de mayo, tuvimos un regalo en #Alicante. Ismael Serrano planteó un recital en La Seu a base de versos y canciones. Un regalo para los-as ciudadanos-as a partir del ciclo «El sabor de las palabras» que organiza Marina Beckett de la Agencia #Mankell, amiga y ahora socia en proyectos culturales intensos, que me gusta.
Un recital de confesiones.
La primera, el nacimiento de su hija que ha ayudado a transformar hasta su forma de escribir acercándose a la literatura para niños y niñas. <<Mi hija me ha cambiado las cosas>>, muy especial quienes, como yo, siempre hemos sentido la condición de padre como de esas cosas tan importantes/esenciales pese a los cambios por las adolescencias y todas esas cosas… Su hija, ARGEÑOLA, que se nota en la escritura de los versos, porque se une -por razones lógicas- ARGENTINA Y ESPAÑA, en todo.
La segunda fueron las confesiones por esos tiempos convulsos y de efervescencia como fue el 15M que ayudó a buscar un relato propio generacional. Por ejemplo, en poemas como <<No pasa Nada>>
La tercera. Una especie de autocrítica. Uno le canta a lo que le emociona pero a veces se convierte en una caricatura como el abajo firmante junto a los mismos que firmamos todo con poca trascendencia en Times New Roman de cuerpo 12. Esos cientos de manifiestos de cada día en cualquier calle del centro…
Luego llegó el momento de contar la historia de la palabra Mamihlapinatapai (a veces escrita incorrectamente como mamihlapinatapei) que es una palabra del idioma de los nativos yámanas de Tierra del Fuego, listada en el Libro Guinness como la «palabra más concisa del mundo», y es considerada como uno de los términos más difíciles para traducir. Este término siginifica…
«Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar».
Una velada máxima. Gracias a las organizadoras. Un último verso: <<Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo>>
La Sede Universitaria de Alicante, 19 mayo 2017